Hoy recomiendo, por curioso y por ligero, este artículo que proviene del Blog Cosas de Arquitectos.
En 1996 se falló un concurso al que se habían presentado 44 propuestas para los Billetes de euro. El concurso especificaba que ningún elemento representado debería evidenciar a alguna nación europea, y por ello se inspiró en los distintos estilos arquitectónicos que se han venido desarrollando a lo largo de la historia. Puertas y ventanas en el anverso, y puentes en el reverso, con la intención de subrayar un pretendido espíritu colaborativo de los países europeos entre sí y con el resto del mundo. Nada es real aunque a simple vista bien pudiera parecerlo.