Soy un convencido que los precios bajos y competencia desleal que sufrimos en muchas ocasiones no es tanto por culpa de la falta de baremos orientativos, sino que es más bien por culpa de que HAN existido baremos orientativos.
A los que llegamos a vivir con baremos de honorarios tenemos una referencia, más o menos podemos saber por dónde andaban los precios y lo podemos utilizar como rango de precio, pero los compañeros jóvenes, los recién salidos de las escuelas no saben cuanto valen las cosas y, lo que es más grave, no les han enseñado a calcularlas, así que en muchas ocasiones, al tener todavía pocas necesidades y costes (pagar alquileres de despachos, personal, etc…) pueden tender a poner precios excesivamente bajos pero suficientes para ellos, desde luego acordes con su experiencia, pero que pueden destacar ante un mercado poco educado en cuanto a valorar lo que cuestan las cosas y para que sirven más allá de para cumplir un trámite.
Entonces ¿Qué hacemos?
Bueno, pues evidentemente nos va a tocar currarnos nuestros precios y adecuarlos a lo que consideramos que valen nuestros servicios.
No es un tema sencillo, pero en el siguiente apartado daré unas pautas que utilizo yo para calcular mis honorarios profesionales, pero para poder calcular nuestros honorarios tenemos que tener claras otras cosas que habrá que tener en cuenta a la hora de fijar precios.